top of page
el-planisferio-de-cantino_6318df3f.jpg
kisspng-paper-portable-network-graphics-clip-art-image-ope-5cda9d420270c4_edited.png

Hacia San Lúcar de Barrameda

Después de que la nao Victoria y la nao Trinidad se separasen en las Molucas y antes de que Elcano (capitán de la nao Victoria) llegase al Océano Índico, el futuro príncipe de Manila, Rajah Matanda, atacó a la expedición de Elcano. Historiadores opinan que este ataque casi repentino pudo estar causado por la decisión del príncipe de intentar usar el barco (la nao Victoria) como arma contra su primo, el gobernante de Tondo, quien estaba teniendo disputas territoriales con la propia madre de Rajah Matanda.

 

Elcano derrotó a Rajah Matanda en el ataque, tomándolo como prisionero. Poco después de estos hechos, el príncipe sería liberado después de pagar su rescate, y además, como forma amable de pagar por las molestias, le dejó a la tripulación española un esclavo moro que conocía el idioma castellano. Idioma que se había dispersado por el océano Índico después de la conquista castellana del Emirato de Granada, lo que obligó a los musulmanes de Al-Ándalus a emigrar, llevando con ellos el idioma de la península.

 

A los mandos de la nao Victoria, Elcano surcó el océano Índico, dando la vuelta al continente africano y evitando los puertos controlados por portugueses. Finalmente consiguió dar la primera circunnavegación del globo documentada y regreso a la costa española, específicamente Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, 1.125 días después de que la expedición saliera desde Sevilla en 1519.

 

Después de que otro barco de servicio remolcara la nao (ya en estado de tremendo desgaste) por el Guadalquivir hasta Sevilla. Miembros de la Casa de la Contratación de Indias de Sevilla llevaron una lancha con provisiones frescas a los tripulantes (que seguramente la agradecieron como lluvia en un día caluroso) y un par de días después, la nao finalmente se atracaba en tierra. En el muelle acudieron en pleno las autoridades de la ciudad y de la Casa de la Contratación, pero aquel día no salieron del barco, sino la mañana siguiente. Con la ropa rota, callos, heridas y magulladuras pero vivos llegaron a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla, la que les había protegido en el viaje. La nao Victoria fue descargada de sus mercancías y a los tripulantes (y viudas) se les empezaron a dar los trámites para pedir su paga.

 

De los 239 hombres que partieron de Sanlúcar de Barrameda en la flotilla capitaneada por Fernando de Magallanes, solamente a dieciocho la vida les dio la oportunidad de poder regresar a España junto a Elcano después de haber vencido los temporales, batallas y motines de toda la travesía.

También hubo 12 hombres de la Victoria, retenidos en Cabo Verde, que pudieron volver semanas más tarde a Sevilla y 5 supervivientes de la nao Trinidad (la que se había separado del trayecto), que irónicamente llegaron a Europa años más tarde, entre 1525 y 1526.

bottom of page